34: Acepta lo que es y actúa en lo que puede ser.

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¿Alguna vez te has quedado atrapada dándole vueltas a algo del pasado que no puedes cambiar? ¿O has enfrentado situaciones que no podías controlar y parecían interponerse en tu camino? Puede ser frustrante, ¿verdad? Especialmente si eres de las personas que, como yo, prefieren tomar decisiones y avanzar hacia sus metas. 

En este episodio, exploramos cómo nos comportamos ante esas situaciones que simplemente no podemos cambiar. ¿Las rechazamos? ¿Nos resignamos? ¿O encontramos una manera de aceptarlas y avanzar con lo que tenemos?

Además, te compartiré algunas acciones concretas que pueden ayudarte a desarrollar una aceptación activa que te permitirá seguir adelante con más claridad y propósito. Empecemos.

 

 

 

A veces, nos cuesta reconocer cuánto nos afecta una situación que no podemos controlar. Mucho depende del significado personal que le damos a lo que ocurre, según nuestras propias experiencias y características.

Por ejemplo, imagina que perdiste el trabajo debido a una crisis económica en la empresa. O que tuviste que cancelar un viaje importante porque alguien en tu familia se enfermó gravemente.

Te invito a pensar en alguna situación de tu vida que haya tenido un impacto negativo en ti. ¿Qué pensamientos vienen a tu mente? ¿Qué emociones sientes?

Quizás, al revivir esas experiencias, aparezcan emociones de rabia, frustración, o incluso tristeza. 

 

Posibles reacciones frente a una situación fuera de tu control

Veamos tres maneras comunes de reaccionar: rechazo, resignación y aceptación activa.

Para comprender mejor estos conceptos, usaremos el ejemplo de la pérdida de trabajo.

 

1. Rechazo de la situación

Supongamos que tras perder tu trabajo piensas:

"Esto es una injusticia. Yo hacía bien mi trabajo y no merecía quedarme sin empleo, mientras que otras personas que trabajan menos siguen en la empresa." 

Quizás incluso te acuerdas de situaciones que parecen confirmar esa sensación de injusticia.

Estos pensamientos pueden llevarte a sentir enojo, y esto afecta tu cuerpo: quizás sientes tensión en los hombros, dolor de cabeza, o palpitaciones fuertes. Y cuanto más piensas en ello, más se agrava esa sensación de injusticia, más alimentas el malestar y resentimiento.

 

2. Aceptación como resignación

Otra posible reacción es aceptar la situación, con resignación

Piensas:

"Bueno, no hay nada que pueda hacer, estas cosas siempre me pasan. Mejor no me esfuerzo tanto en el futuro, porque igual no tengo control. Mejor tengo un perfil bajo y pasaré desapercibida" 

 Este tipo de pensamiento puede generar tristeza, desmotivación y una falta de energía para enfrentar nuevos retos, en los cuales podrías desplegar tus habilidades.

Afecta tus expectativas acerca del futuro, no solo en tu vida profesional, sino también tu confianza en ti misma o en ti mismo.

 

3. Aceptación activa

Se refleja en este pensamiento:

"Fue una situación difícil para todos, pero al dejar esa empresa, pude explorar otras áreas que ni siquiera había considerado antes. Y además, esta experiencia me permitió acercarme más a mi familia, que me apoyó durante ese tiempo y estamos ahora más unidos."

Aquí, en contraste a la resignación que es una aceptación pasiva, aceptas la situación de un modo constructivo. Miras hacia adelante con una nueva perspectiva.

Reconoces lo que ocurrió, pero no te quedas estancada en esa experiencia. En cambio, encuentras un significado y abres nuevas posibilidades, apoyándote en tus recursos y aprendizajes.

Sientes paz y calma.

 

¿Notas la diferencia? 

La aceptación activa te impulsa a tomar acción, a transformar una situación difícil en una oportunidad de crecimiento.

Ahora, reflexiona sobre cómo estás pensando: tus interpretaciones.

 

Interpretaciones de tu situación y tus posibilidades

Con estos ejemplos, podemos ver cómo el modo en que interpretamos una situación influye directamente en nuestras emociones y, por tanto, en nuestras acciones. Además, los efectos de una situación del pasado pueden ampliarse a lo largo de la vida, si no cambiamos su interpretación.

Entonces, si ahora mismo enfrentas algo que no puedes cambiar y que podría poner en riesgo el logro de tus metas, identifica la situación como es y reconoce la posibilidad.

Para ello, distingue hechos observables de lo que “te parece que está pasando” -- que es tu interpretación. Y analiza si la situación está realmente fuera de tu control. 

Luego, te invito a preguntarte:

¿Estoy rechazando la situación, me estoy resignando, o estoy encontrando una forma de aceptarla activamente?

Porque la verdad es que, aunque no podamos controlar todo lo que nos pasa, sí podemos elegir cómo interpretamos y respondemos a esas situaciones. Esa es la diferencia clave entre quedarnos estancados o seguir avanzando. ¡Y puedes cambiar tus planes!

Ahora veamos cómo fortalecer tu capacidad interna para aceptar activamente.

 

Cinco acciones concretas para ejercitar la aceptación activa

Te comparto algunas acciones concretas que puedes hacer en tu día a día para desarrollar tu capacidad interna para aceptar activamente, que no requieren mucho tiempo y puedes incorporar, según tu estilo de vida, adaptándolas para hacerlas tuyas.

Te permitirán ser consciente de cómo estás ahí dentro, tener mayor calma y claridad para actuar de manera intencional, no reactiva, en circunstancias que no puedes controlar.

 

1. Respira conscientemente por 5 minutos 

 Tómate unos minutos al día para respirar profundamente y observar lo que sientes en tu cuerpo, sin intentar cambiar nada.

Presta atención a tus pensamientos, tus emociones y sensaciones físicas. Te ayudará a cultivar una mayor aceptación de tus estados internos.

 

2. Escribe sobre tus pensamientos al final del día

Escribe sobre una situación que haya sido difícil para ti y reflexiona sobre cómo reaccionaste.

¿Hubo rechazo, resignación o aceptación activa?

Esta práctica te permitirá darte cuenta de tus maneras usuales de pensar.

 

3. Modifica tu diálogo interno con amabilidad

Cuando notes que estás siendo demasiado dura contigo misma, haz una pausa.

Pregúntate: "¿Qué necesito escuchar en este momento?"

Te ayudará a aceptar tus emociones y las circunstancias que te rodean.

 

4. Visualiza cómo quieres responder a los desafíos

Imagina una situación futura en la que practiques la aceptación activa.

Visualízate respondiendo de una manera tranquila, clara y proactiva, y ensaya las acciones que te pueden llevar ahí. Así, te prepararás para enfrentar dificultades reales.

 

5. Conéctate con lo que puedes controlar

Enfócate en las pequeñas acciones que están bajo tu control y que pueden acercarte a tus metas, aunque sean pasos pequeños.

 

Conclusión

La aceptación activa no se trata de rendirse o conformarse con menos. Se trata de reconocer la realidad tal como es y avanzar a partir de ahí.

Recuerda que tú tienes el poder de elegir cómo interpretar y responder a los eventos externos. Si puedes aceptar lo que es, abrirás espacio para crear nuevas posibilidades y actuar en lo que puede ser.

Te invito a empezar a practicar alguna de estas acciones esta semana, y si quieres compartir tu experiencia, no dudes en dejar un comentario. Recuerda. Tú puedes construir el futuro que valoras.

 

Nota

El concepto de aceptación activa ha sido tomado de:

  • Nakamura, Yuka M. & Ulrich Orth (2005) 'Acceptance as a Coping Reaction: Adaptive or not? ,Swiss Journal of Psychology / Schweizerische Zeitschrift für Psychologie / Revue Suisse de Psychologie, 64(4), 281–292. doi: 10.1024/1421-0185.64.4.281

 

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