18: Cómo realizar tus sueños, valorando quién eres, en incertidumbre.

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Hombre joven caminando en un paisaje de otoño

Si has decidido iniciar un proyecto importante para ti, algo distinto a lo que habías hecho antes, no significa que debas dejar atrás todo lo anterior. Así como las cosas no son blancas o negras, hay varias tonalidades intermedias.

En este episodio, desarrollo elementos del contexto de incertidumbre en el cual tomamos decisiones y reflexiono sobre aprender a planear usando tu experiencia e intuición, cuando actúas para realizar tus sueños. 

Finalmente, te invito a reconocer la persona integral que eres y relacionarte con otros seres humanos con empatía y autenticidad. ¡Tú puedes transformar tu vida y contribuir a un mundo más humano!

 

 

 

 

Cuando inicias un proyecto importante para ti, el entusiasmo puede llevarte a que quieras hacer al 100% eso nuevo que te motiva, dejando atrás todo lo anterior. 

En algunas ocasiones, eso me ha pasado porque he efectuado por elección varios cambios en mi carrera profesional: al pasar del sector financiero privado a la academia, con mi Doctorado, al sector público, a la docencia de posgrado, a la cooperación internacional, consultoría, emprendimiento…

Y ahora estoy integrando esas valiosas experiencias.

 

Tres reflexiones sobre el contexto en el cual actúas para alcanzar tus sueños.

Te ofrezco estas reflexiones, sobre la base de mi formación inicial como economista.

 

Reflexión 1: A pesar de aplicar tu mejor plan, no puedes tener la certeza de que lograrás la meta que te habías propuesto. Existen riesgos.

Un riesgo es la posibilidad de que ocurra algo que no esperas y que pueda afectar el logro de tus objetivos: de eso valioso que estás buscando.

Por ejemplo, si subes las escaleras de prisa y te caes, te puedes lesionar. Deberás tomar una pausa en tus actividades regulares y esto afectará tu habilidad para continuar tu plan. 

Asimismo, si alguien en tu familia pierde su empleo, esto puede afectar el bienestar de varias personas por la menor capacidad para adquirir bienes y servicios que forman parte de la canasta familiar.

Y entonces, ¿cómo quedaría tu plan?

 

Y el hecho de que tu familiar haya perdido el empleo puede ser consecuencia de una situación económica difícil en tu país que lleve a algunas empresas a despedir personal para reducir pérdidas. Es un riesgo a mayor nivel porque puede afectar a muchas personas..

¿Esto es algo que podías controlar?

 

Si un riesgo ocurre, tú respondes con acciones.

Te decía que el riesgo es una posibilidad.

Sin embargo, si el riesgo ocurre y se convierte en una situación real (un problema), tú responderás con ciertas acciones para que sus efectos no sean tan fuertes.

 

En el primer ejemplo, frente a la lesión por la caída, puedes tomar terapias de rehabilitación para que esta situación no se prolongue demasiado y puedas retomar tus actividades.

En el segundo ejemplo, probablemente decidas apoyar financieramente a tu familiar hasta que pueda conseguir un nuevo trabajo.

Con estas acciones quieres sobrellevar esas situaciones. Quieres mitigar sus efectos.

 

Sin embargo, no sabes cuánto tiempo puede tomar que te recuperes completamente de la lesión o cuánto tiempo tu familiar estará sin empleo.

Esto significa que no puedes, por anticipado, conocer todos los efectos que tendrían esas situaciones.

 

Puedes tratar de prevenir algunos riesgos, pero otros no.

Sería mejor evitar que sucedan estos riesgos, ¿cierto?

Para ello, probablemente, ya has desarrollado ciertas acciones como contratar un seguro médico, ahorrar o tener un fondo de emergencia (en algunos países, existen seguros de desempleo por Ley).

 

Sin embargo, si deseas protegerte de la mejor manera posible:

¿Puedes identificar todos los riesgos (que podrían ocurrir)?

¿Y los principales riesgos?

 

Probablemente, te enfocas en situaciones que han ocurrido en el pasado, contigo o con otras personas, tratando de mantener una perspectiva hacia el futuro.

Pero, ¿qué sucede cuando el contexto en el que vives es muy cambiante?

 

Reflexión 2: En contextos que cambian rápidamente, existe mucha incertidumbre.

Jamais Cascio, quien creó el término BANI, habla de un mundo “quebradizo” (brittle, en inglés), en el cual algunas cosas pueden parecer estables o sólidas hasta que dejan de serlo, se quiebran y se hacen añicos.

No necesito recordarte de la pandemia por el Covid-19 que nos remeció tremendamente a toda la especie humana. Ni del cambio climático o los conflictos bélicos de escala mundial, cuyos efectos aún no podemos comprender ni estimar.

 

En estos contextos, no puedes conocer los resultados de tus acciones, ni estimar de manera razonable cuán probable es que ocurran los resultados más posibles. 

Porque existen muchas cosas fuera de tu control que pueden ocurrir.

Por tanto, estas situaciones que podrían ocurrir y afectar tus planes y tu bienestar ya no son riesgos (que son medibles, por definición). Son incertidumbres.

 

Reflexión 3: Con incertidumbre, necesitas ser flexible y aprender a planear.

Según se van presentando nuevas situaciones, necesitarás modificar tu proyecto inicial.

Manteniendo tu motivación y tu brújula que es el propósito detrás de tus sueños, podrás incorporar nuevos elementos y cambiar otros. 

Además, puedes tener planes alternativos, para aplicar de ser necesario. 

 

Para ello, citando a Jorge Bucay, necesitas aprender a planear como un “planeador que despega en una dirección, pero luego puede volar dependiendo de los vientos que encuentra”, porque te das cuenta de que no puedes planificar todo al detalle.

 

Entonces, ¿qué haces con tus experiencias anteriores al proyecto que ahora inicias?

En este contexto de incertidumbre, tus experiencias previas te protegen cuando te lanzas a iniciar algo que te importa. 

Te protegen porque tienes una historia: has aprendido de distintas situaciones.

Analicemos algunos casos. 

 

En el caso 1, integras esta historia previa en tu nuevo proyecto.

Si tienes experiencias valiosas en otros ámbitos y la integras en tu proyecto puedes construir algo distinto, tuyo, porque tus experiencias son únicas.

Podrás percibir ciertas “señales conocidas” cuando te encuentres en situaciones nuevas. Podrás trasladar aprendizajes de una situación a otra y decidir porque algunos elementos de tu proyecto no son tan “nuevos”.

Y a esas señales les puedes llamar intuición porque quizá no tienes datos que respalden una decisión racional, simplemente sientes que esa decisión “es”.

Para ello, necesitas tener apertura porque puedes tener la tentación de descartar tus señales porque ahora “todo es nuevo”.

 

En el caso 2, mantienes actividades vinculadas a experiencias previas, además de iniciar algo distinto.

Esto puede parecer un poco agotador, si no manejas adecuadamente tu tiempo; sin embargo, tiene una ventaja: te da cierta “seguridad” al continuar algo que conoces.

Porque esas actividades te respaldan, si tu proyecto nuevo demora un tiempo en asentarse o si no obtienes los resultados que esperas en los tiempos previstos.

 

En el caso 3, dejas todo lo anterior.

Te enfocas en eso nuevo que te importa porque consideras que necesitas hacerlo así.

Puedes desarrollar tu propia reflexión. 

 

Ahora, integremos otros elementos primordiales del ser humano que tú eres.

Primero, algunas preguntas para ti:

  

  • ¿Qué emociones te acompañan?
  • ¿Qué necesitas pensar de ti misma o de ti mismo para que el miedo al fracaso o el miedo a equivocarte no te paralicen?
  •  ¿Cómo puedes alimentar tu entusiasmo?

 

Y si te das cuenta de que no eres la única persona que desea hacer realidad sus proyectos y alcanzar la vida que valora, ¿cómo puedes ver a otros seres humanos?

La palabra clave es empatía: tratar de comprender cómo otras personas interpretan el mundo, en lugar de usar únicamente tu punto de vista. 

Y si tus interacciones humanas son auténticas, si expresas lo que piensas y sientes, puedes construir un mundo más fraterno - aun en medio del caos que a veces pareciera rodearte. 

Porque actúas en el mundo según lo que interpretas de él.

 

En resumen

En un mundo “quebradizo”, con incertidumbres, no puedes comprender plenamente la situación presente y sabes muy poco acerca de los resultados de tus acciones..

No puedes planificar todo y más bien, puedes “planear” usando tu experiencia e intuición porque vives y debes tomar decisiones en este mundo, con la información que tienes.

 

Te invito a reconocer la persona integral que eres y relacionarte con otros seres humanos con empatía y autenticidad.

Con esperanza en un mundo posible para cada ser humano y la naturaleza, ¡tú puedes transformar tu vida y contribuir a un mundo más humano!

 

Notas

Fuentes consultadas:

 

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