5 prácticas para conversaciones más auténticas

Práctica 1: Prepara tu contexto

No me refiero a preparar un ambiente físico, sino a generar el contexto interior para tus conversaciones. Y todo parte por la motivación: ¿para qué necesitan conversar?

Se trata de reconocer tu intención con sinceridad e intuir la de la otra persona.

Si Pedro – el jefe que todo lo hace por WhatsApp – piensa en las personas de su equipo, en sus necesidades y en sus expectativas, probablemente se daría cuenta de que necesita un espacio diferente.

¿Qué convoca a un grupo humano diverso para avanzar en un proyecto común?
¿Qué motivaciones propias tiene cada persona?
No podemos asumir que sabemos.

A veces, como líderes de equipos o como miembros de una familia, pensamos en otras personas como un grupo:

“Ellos saben qué buscamos”.
“Ellos saben que me importan”.
“Lo que hago es para su bien y todos debemos esforzarnos”.

Si llegas a una conversación con esas ideas en tu cabeza y descubres que salen más y más indicaciones, ¿qué pasa con el propósito, con el cariño, con el esfuerzo?

En cambio, si llegas a una conversación interesada en la motivación de la otra persona, no solo en lo que tú buscas, ¿qué preguntas surgirán? ¿Cómo escucharás el silencio?

Si quieres trabajar en tu contexto interior:

• ¿Estás suponiendo lo que otras personas necesitan?
• ¿Cómo pueden saber lo que tú estás pensando?

Cada persona es única e irrepetible. Tenemos un mundo interior complejo.
Si construyes una relación sobre suposiciones, podrán aparecer malentendidos en algún momento.
Necesitan conversar de verdad.

Práctica 2: Verifica significados compartidos

Cuando interactuamos con alguna persona por mucho tiempo, se pueden generar ciertas ideas, interpretaciones y significados compartidos. Por ello, a veces no necesitamos explicar mucho en una conversación.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando ingresa alguien nuevo a tu equipo, o si estás en una reunión familiar y llegan nuevas amistades? No puedes dar por sentado que comprenderán lo que quieres decir a la primera.

Además, tú como persona puedes cambiar. 

¿Te ha pasado que dejas de ver a un amigo después de años y resulta que cambió mucho, e incluso algunas expresiones te parecen extrañas?  Probablemente tratarás de comprenderlas por contexto, usando lo que conoces de él y completando con tu propio “mapa mental”.

Pero también podrías preguntar: “¿qué quieres decir?”

Si quieres trabajar en tus significados:

• ¿Tus palabras tendrán sentido para otras personas?
• ¿Comprendes de verdad lo que te quieren decir?

No necesitan ser iguales ni pensar lo mismo.
Solo asegúrate de comprender lo mejor posible su punto de vista.
Y para eso, necesitan conversar de verdad.

Práctica 3: Escucha con atención

Escuchar con atención es estar presente y enfocada en la otra persona.

Pensemos en Clara, quien llama a su mamá todos los días a la misma hora mientras hace otras cosas. Si un día decide dejar todo lo demás para escucharla de verdad, algo cambiaría. Probablemente se daría cuenta de que una caminata al aire libre podría ser más importante para saber qué está pasando realmente en la vida de su mamá.

Parte de la escucha también es preguntar.
¿Cuántas reuniones de trabajo has tenido donde solo una o dos personas hablan?
¡Y qué distinto sería si alguien invita a preguntar con respeto!

Parte de la escucha también es verificar.
¿Alguna vez has salido de una reunión sin tener certeza sobre qué debías hacer?
Pasa con más frecuencia de lo pensado.

Y si lideras un grupo humano, agradece a las personas que hacen esas preguntas de clarificación.
No demoran la reunión, facilitan que el equipo comprenda mejor.

Si quieres trabajar en tu escucha:

• ¿Cuán seguido das espacio para escuchar a otra persona?
• ¿Cuán seguido interrumpes una conversación para expresar tus ideas?
• ¿Te das cuenta de cómo se sienten otras personas mientras hablan contigo?
  
  

Práctica 4: Participa con apertura y cordialidad

Si llegas a una conversación con actitud de apertura, reconoces a la otra persona como valiosa y digna de respeto. Entonces, aunque no estén de acuerdo en todo, puedes mirar a la persona más allá de las ideas que transmite. Y la cordialidad será natural.

Si necesitas generar una conversación, puedes pedirla expresando una intención clara, porque respetas a la otra persona. Una reunión de veinte minutos es mejor que un día lleno de mensajes de WhatsApp.

Con apertura, podrás preguntar para comprender, en lugar de buscar corregir.
Podrás tener curiosidad para ver otros puntos de vista, antes de decidir.
Podrán generar un ambiente agradable para nuevas conversaciones.

Si quieres trabajar en tu apertura:

• ¿Qué sientes cuando te preparas para una conversación?
• ¿Cómo surgen tus conversaciones?
• ¿Cómo terminan tus conversaciones? 

Práctica 5: Observa el ritmo de la conversación

La sincronía se traduce en soltura y armonía en tus interacciones cuando está acompañada de atención mutua y apertura. Además, se construye con el tiempo.
Sin embargo, pocas veces nos damos cuenta de ella.

Si observas tus interacciones, las rutinas que construyen y las conductas que surgen en tu comunicación diaria, podrás darte cuenta del ritmo que está apareciendo.

A veces ese ritmo puede ser como una danza suave entre amistades.
Pero también puede ser como un guion aprendido que se repite.

Por ejemplo, en una reunión de equipo ya se sabe que Juan presenta, María responde asintiendo y Pedro dice: “sí, todo claro”. No hay preguntas, nadie opina distinto. La reunión duró diez minutos y Juan piensa que todo va bien.

Si quieres trabajar en la sincronía:

• ¿Qué roles asumes en tus conversaciones?
• ¿Qué dinámicas o rutinas surgen?

No se trata de tener la conversación perfecta

Te invito a reflexionar con honestidad y elegir acciones para cultivar más sintonía con las personas que te acompañan.

Puedes empezar por algo muy concreto: elegir una persona, un tipo de conversación y una de estas áreas: tu contexto interior, los significados, la escucha, la apertura o el ritmo.

Por ejemplo, podrías decidir que esta semana vas a hacer una pregunta más antes de cerrar tus reuniones. O que, en una conversación importante, vas a dejar el celular a un lado. O que vas a pedir esa conversación corta, en lugar de seguir solo con mensajes.

¿Qué práctica te gustaría empezar esta semana?

La sintonía no aparece de un día para otro. La vas cultivando con decisiones pequeñas, en conversaciones y relaciones humanas que también te permiten ser tú, en el trabajo y en casa.

Si prefieres que te cuente esto en video, puedes dar clic en el botón de "play" abajo👇

Notas

Para profundizar:

• Tickle-Degnen, B., & Rosenthal, R. (1990). The nature of rapport and its nonverbal correlates. Psychological Inquiry, 1(4), 285–293.
• American Psychological Association (APA). (s.f.). Rapport. APA Dictionary of Psychology. https://dictionary.apa.org/rapport
• Este episodio complementa el Episodio 62: “¿Solo indicaciones? Más sintonía en tus conversaciones”, donde encontrarás la base conceptual sobre sintonía y comunicación humana.

Conversaciones auténticas: sintonía que eliges cultivar cada día.