¿Cómo continúas? Confía en tu intuición.

¿Te ha pasado que empiezas algo importante – como un cambio profesional, un proyecto personal, una decisión valiente – y cuando ya estás en marcha empiezas a sentir cosas que no sabes explicar? ¿Como si hubiera una ruta conocida que va tomando forma, en medio de todo lo nuevo que estás viviendo?

Hoy quiero hablarte de esa guía interior que muchas veces no tomamos en cuenta: la intuición. Que puede ayudarte a seguir avanzando cuando ya tomaste tu decisión importante.

A veces escuchamos que la intuición solo sirve para decidir, cuando ya todo lo demás ha sido agotado, cuando no hay datos que respalden tu decisión. Por otro lado, algunos empresarios son reconocidos por seguir su intuición como estilo de liderazgo.

 ¿Qué te dice eso?

Que la intuición es real, algunas personas la usan más que otras…

 ¿Y en tu caso?

Tu intuición siempre está ahí, tal vez en segundo plano, esperando que la llames al escenario de tu vida.

Si prestas atención, se expresa como pequeñas señales.

Ideas que tienen mucho sentido para ti, aunque quizá no para otras personas.

Tienes una certeza, o quizá una incomodidad con alguna situación que no sabes explicar…

 Y si ya iniciaste un cambio importante, ya tomaste la decisión:

¿Cómo realizas o implementas eso que decidiste, si aún no tienes garantías? 

¿Cómo mantienes tu motivación, si sientes que no sabes?

 En otro episodio hablé acerca de esas “señales conocidas” que puedes identificar en situaciones nuevas. Ahora, veamos si vale la pena escanearlas, escucharlas, seguirlas…

 Para eso, analicemos tres preguntas comunes que aparecen cuando se habla de intuición. 

1: ¿La intuición es solo un impulso del momento?

Es una idea muy común:
“Eso que sientes no es intuición: es ilusión o miedo”.

Y sí, la intuición puede confundirse con esas emociones.
Porque si no le has permitido acompañarte en tu camino, aparece de repente, como “una corazonada” que te dice: “hay algo ahí”.

 Y algunas personas te dirán: 

“No puedes guiar tu vida por impulsos o sentimentalismos. Decide con razones”.

Te digo: La intuición no es lo opuesto a la razón.

La intuición se nutre de lo que hemos vivido, de nuestras experiencias.

Se activa cuando la mente y las emociones reconocen patrones o asociaciones entre distintos elementos de tu experiencia, incluso sin un análisis consciente inmediato.

 No es un acto irracional, sino una respuesta rápida pero profunda que emerge de tus experiencias previas. 

Te cuento que mientras preparaba este episodio, quise recordar momentos donde mi intuición había sido clave.  Y me costó.

Hasta que entendí que no se trataba de recordar fragmentos de mi vida como si fueran datos, sino de volver a sentirlos. 

Porque tomé decisiones importantes que no solo venían del análisis. Venían de algo que sentía dentro de mí.

Entonces, para poder usar tu intuición como una guía real, necesitas una reflexión sentida sobre tus propias experiencias.

2: ¿Solo las personas expertas pueden confiar en su intuición?

A veces escuchamos:

“No confíes en tu intuición porque te falta experiencia”.

Y claro, la experiencia cuenta.

Si has hecho lo mismo mil veces puedes identificar patrones. 

Pero, ¿qué pasa cuando estás en algo nuevo?

¿Cuando estás cambiando de rol o creando un proyecto propio?

Tal vez no tengas “experiencia técnica”, pero sí tienes una historia de vida.

Y esa historia contiene maneras de sentir, maneras de pensar, maneras de aprender... que son tuyas.

Te cuento:

Cuando yo tenía 7 u 8 años, acompañé a mi mamá a una clase de matemáticas para docentes.

Les costaba encajar unas figuras geométricas en una plantilla.

A mí me las dieron para que juegue y las armé casi al instante.

Nadie me había explicado nada.

Años después, cuando estudiaba un MBA, resolví un ejercicio en la clase de teoría de juegos sin ecuaciones. Lo hice gráficamente.

Y solo después entendí por qué lo había hecho así: porque aprendo visualmente.

No fue casualidad.

En ambos casos, fue una forma de aprender que ya estaba en mí, que motivó una respuesta inmediata, intuitiva, aunque no podía explicarla con palabras en ese momento.

Tu intuición también puede formarse así: desde tus maneras de aprender, tus formas de vivir. Pero solo si le das permiso de acompañarte, sino la callas para buscar las respuestas racionales puras.

Aquí quiero explicarte un concepto importante: versatilidad cognitiva.

Es la capacidad de alternar entre distintos modos de pensamiento —como el análisis lógico y la intuición— según lo que necesite cada situación.

No se trata solo de acumular experiencias, sino de conectarlas y usarlas con flexibilidad, incluso cuando el entorno es nuevo o incierto.

Entonces tú puedes integrar tu intuición y tu análisis, si te atreves a escucharte: a mirar con apertura tus experiencias y mirarlas de modos diferentes.

Incluso, si experimentas y reconoces que aprender es parte importante del camino.

Y que puedes desarrollar nuevas “maneras de aprender”.

3: ¿Tiene sentido la intuición cuando todo es nuevo?

Esta pregunta puede estar calando hondo en ti ahora.

Te pregunto, ¿realmente todo es nuevo?

Esto depende de qué tipo de cambio estés viviendo. 

En la mayoría de los casos, esa flexibilidad para adoptar una u otra manera de aprender, para ir de lo analítico racional a lo intuitivo, te será muy útil. 

Si te permites escucharte. Reconocer ese saber práctico que vive en ti y a su vez, usar la información que sí existe.

Y si es algo muy distinto, único, sin precedentes. O estás avanzando en un contexto muy incierto: abraza tu intuición. No aparece de la nada.

Y para poder reconocerla cuando aparece, necesitas apertura y disposición.

Porque puedes tener la tentación de descartar sus señales, pensando que ahora “todo es nuevo”.

Pero tal vez no todo lo es.

Confiar en tu intuición no es improvisar sin sentido.

Tu intuición se ha formado de muchas maneras, a lo largo de tu vida, con tus experiencias. 

Tal vez aprendiste a resolver con imágenes, como yo.

Tal vez tu intuición se activa con movimientos, gestos, palabras, emociones, silencios.

Y las cosas pueden parecer distintas.

Pero tú has tomado decisiones antes.

Y puedes aprender ahora lo que necesites para continuar.

Si ese cambio que has iniciado nació de una motivación auténtica, dentro de ti.

Lo que vives puede parecer nuevo.

Pero si te escuchas descubrirás que tienes todo dentro de ti para continuar.

Para tu reflexión sentida:

• ¿En qué momentos sentiste algo sin explicación clara, pero que luego entendiste que tenía sentido?
• ¿Qué decisiones o acciones sientes hoy como señales, como memoria emocional?
• ¿Qué forma tiene tu intuición? ¿Se manifiesta como calma, como certeza, como rebeldía?
• ¿Qué necesitas para confiar más en tu intuición, sin necesidad de probarlo todo con razones?

Recuerda:

Quizá tu intuición no se parezca a la de nadie más.

Quizá no viene con palabras, ni con datos, ni con certezas.

Pero vive en ti. Y si la escuchas sin miedo, esa forma de aprender puede ayudarte a sostenerte en el camino que tú elegiste desde tu interior.

Porque lo que aprendes, lo que piensas y lo que sientes es valioso.

Y tú mereces confianza.

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