¿Te pierdes en el día a día? Reconecta contigo.

¿Has sentido que corres de una cosa a otra, con varios pendientes en la cabeza y de pronto te preguntas: “¿Cómo estoy viviendo mi vida?”
Porque parece como si el día a día consumiera lo que es importante.
Y no se trata de que no tengas metas.
Hoy hablamos de eso: a veces no es falta de tiempo, sino de conexión interior.
Si has iniciado un cambio importante en tu vida, algunos días puedes sentir que el tiempo transcurre sin mayor sentido para ti. Haces mucho, pero no avanzas.
¿Has tenido esa sensación de que tus fuerzas son insuficientes?
¿Que estás llegando a un punto donde no puedes invertir “más tiempo” porque no tienes ese tiempo?
Hoy miraremos más de cerca qué puede estar pasando ahí.
Y hacia el final, te compartiré algunas preguntas que pueden ayudarte a reflexionar sobre tus acciones diarias, mientras avanzas en tu proceso de cambio.
¿Realmente necesitas más tiempo?
Si dices que eres una persona proactiva, tu tendencia será a actuar.
Quizá estás tan entusiasmada por ese cambio que estás viviendo que no quieres dejar nada para después.
Y si tienes curiosidad e interés en varios ámbitos, como yo, puedes pensar que muchas cosas merecen tu atención y debes hacerlas ya.
Y entonces, puedes entrar en una espiral de hacer más y buscar ser eficiente con tu tiempo y tus recursos.
¿Te ha pasado que te alistas para dormir, pero de repente te levantas de la cama porque recuerdas que debes hacer algo importante y piensas que mañana olvidarás hacerlo?
Pero te digo algo: estar ocupada no significa que avanzarás mejor o más rápido.
Además, ¿de qué te sirve hacer tanto si no haces lo importante?
¿Si no haces lo que realmente te acercará a ese futuro que quieres construir?
Volver a lo que te importa
Se trata de preguntarte quién eres y qué te importa realmente.
Todo lo que estás sintiendo se vincula con lo que piensas que es verdad en lo profundo de tu ser. No me refiero a lo que dices hacia afuera, sino a lo que crees.
Por ejemplo, si piensas que debes hacer varias cosas a la vez y hacerlas muy bien, esto te llevará a exigirte demasiado – además de que es imposible.
Claramente, no tendrás tiempo para ti como persona porque estarás enfocada en cosas por hacer, aunque digas que has decidido cuidar de ti.
Por eso, para cuidar de ti mientras avanzas hacia tus metas, primero debes reconocer que eres un ser humano valioso e importante, más que las cosas que podrías hacer.
Y si tú eres importante, ¿lo son también tus sueños y tus valores?
Claro que sí, porque son parte de ti.
Y si ese cambio que has iniciado está vinculado a lo que te importa realmente, tú mereces actuar para hacerlo realidad.
Necesitas acoger tu coherencia.
Veamos la relación:
Tus pensamientos → tus emociones → tu decisión de cambio → tu actuar consciente.
Tus pensamientos te dicen qué es posible y reflejan lo que valoras. Así de simple.
Por eso, solo escuchándote puedes conocerte realmente, más allá de la imagen que tengas de ti misma.
Tus emociones dependen de lo que crees, no solo de lo que sucede afuera.
Te explico. Imagínate que estás en una reunión de trabajo que demora más de lo programado y eso lleva a que tengas que mover otras reuniones en tu agenda.
Puedes sentir rabia porque piensas que las otras personas no respetaron tu tiempo al extender tanto la discusión.
Pero también puedes sentir curiosidad porque piensas que descubrirás nuevas ideas que puedes aplicar, gracias a esa conversación.
¿Notas la diferencia?
Y las emociones te mueven a decidir.
Entonces, si tú has tomado una decisión de cambio, lo que sigue es actuar recordando todo lo que significa esa decisión valiente que tomaste y el futuro que puedes ver y quieres construir.
¿Cómo has estado actuando?
Si era así de claro, si tenías esa coherencia pensar-sentir-decidir:
¿En qué momento te pierdes en hacer más y más sin sentido?
Cuando pierdes la conexión con tus valores.
Cuando te dejas llevar por la rutina, por exigencias externas o estándares autoimpuestos que te obligan a seguir un ritmo que no es tuyo.
Que te llevan a perder el enfoque, a aceptar el vaivén de lo que pasa a tu alrededor, sin darte un tiempo para respirar.
¿Cómo puede pasar esto?
Tres frases para comprender mejor tus acciones
Veamos qué puede estar detrás de tus acciones, cuando sientes frustración o desánimo porque no logras resultados, a pesar de tus esfuerzos.
Recuerda un día de esta semana en el cual te hayas sentido así. ¿Lists?
Te diré tres frases y te pido que reflexiones con cuál te sientes más identificada.
Puedes completarlas, según tu situación particular.
“Varias cosas pasaron ayer”
¿Cómo pasaron esas cosas?
¿Cómo se originaron?
Las cosas no pasan porque sí, como si fueras un velero que se mueve según soplan los vientos.
“Me pasaron cosas que no esperaba”
¿Tenías algún control sobre esas cosas?
¿Cómo esas cosas te afectaron?
Las cosas no te pasan a ti, como si tu futuro dependiera de las acciones de otras personas o de fuerzas externas.
Claro que pueden haber imprevistos, es parte de la vida.
Pero, ¿qué pasaría si te enfocas en actuar sobre aquellas cosas que sí dependen de ti?
Y otras personas también enfrentan desafíos cuando se atreven a seguir sus sueños. No eres tú solamente.
“Hice cosas que me hicieron sentir bien”
¿Decidiste de manera consciente eso que hiciste?
¿Cuál era tu intención?
Aquí te invito a pensar si tus acciones estaban vinculadas al propósito detrás del cambio que has iniciado.
Porque puedes sentirte bien cuando actúas con claridad para alcanzar ese futuro que quieres construir. ¿Lo has sentido?
Entonces, aunque parezca que no avanzas, estás un paso adelante para llegar ahí.
Lo que estás explorando aquí tiene fundamento en teorías psicológicas y refleja cómo las personas nos vinculamos con nuestras decisiones. A veces actuamos por costumbre, otras por cumplir expectativas o responder a controles externos, y otras, porque elegimos con autenticidad.
Ahora, te recuerdo algo importante:
Tú puedes ser el origen o la causa de esos eventos que ocurren en tu vida.
No tienes que esperar buenos vientos, ni preocuparte en exceso por situaciones que escapan a tu control.
Entonces, hacer más y más puede ser una excusa para no actuar con autenticidad.
Una forma de no escuchar lo que es importante, de callar tu luz interior que te impulsa a cambiar tu vida.
¿Qué necesitas ahora?
Actuar en consciencia
Hace unos días, estaba en clase con estudiantes de un curso de posgrado, y conversábamos sobre cómo una visión de futuro compartida puede convocar a varias personas para definir una iniciativa y cooperar.
Y una alumna compartió algo muy especial:
Cuando su equipo se sentía perdido en la monotonía de las tareas diarias, recordar esa visión los reconectaba con la importancia de lo que hacían.
Contribuían a algo que valía la pena.
¡Imagínate el poder de tener tu visión presente, cuando actúas para hacerla realidad!
Para volver a ti
Hoy quiero dejarte con esta pregunta:
¿Qué pasaría si cada acción tuya estuviera alineada con lo que verdaderamente te importa?
No necesitas hacer más.
Necesitas actuar desde ahí.
Y si en algún momento sientes que te estás perdiendo en medio de tantas cosas por hacer, detente.
Vuelve a ti.
Ahí es donde empieza el verdadero cambio.
Nota
Estas tres frases están inspiradas en las orientaciones de causalidad propuestas por la Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 2000), que explican cómo las personas experimentan el origen de su conducta: como impersonal, controlada o autónoma.
Deci, E.L., & Ryan, R.M. (2000). The "what" and "why" of goal pursuits: Human needs and the self-determination of behavior. Psychological Inquiry, 11, 227–268.
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Vuelve a ti. Ahí es donde empieza el verdadero cambio.
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